31.5.05 

Me acordé del papá de Lucía. Son esas cosas que me irrumpen de repente.
Era un viejo que se quería morir y que encima un día se le muere el gato; Groucho: un gato negro azabache. En esa época ya estaba viviendo con Lucía porque Chito, como andaba mal de la cadera, se había caído dos veces.
La noche que Lucía encontró muerto a Groucho, el viejo se había ido a jugar al truco con los muchachos; porque todavía conservaba esa vida de gigoló pasado de moda. Cuando volvió, cerca de la una, estaba todo planeado: Lucía tenía miedo de que le agarrara un ataque de depresión o de tristeza y se muriera por eso, entonces, le dijo que se había ido y no había vuelto.
El viejo pensó que se había rajado de joda, como siempre. Porque si hay algo en lo que somos parecidos con Groucho es en eso, decía Chito. Pero lo esperó y lo esperó... y nada. Agitó las pelotitas esas que comía el bicho y nada.
La historia termina bien, qué se yo. El viejo no quedó triste, sino enojado por el traidor de Groucho, que había sido su pasatiempo en los últimos años. Y ese fue su motivo para seguir viviendo. Caminaba por la calle buscando a ese gato de mierda, como comenzó a llamarlo. Cuando lo encuentre, lo mato a ese traidor, dijo hasta que un invierno terminó de bañarse y un paro cardíaco ni siquiera le permitió vestirse.

26.5.05 

¿Qué puedo hacer por mí? Encontrarle salida a un cubo en el que estoy metido hace rato es... No es. Puedo hacerme racista al revés, qué se yo. Fanatizarme con Hendrix, con B. B. King, con Miles... Y salir a la calle a darle trompadas a todos los blancos que vea. Decirles que son la raza superior y que por eso los odio. ¡O no! Mejor decirles que son la raza inferior para que se odien entre sí.
Un día voy a hacer realidad algo de lo que se me ocurra. Esto de no lograrlo me pasa por escribirlo primero siempre.

20.5.05 

Que no te vendan amor sin espinas, canta Sabina. El tipo sabe escribir, es un fenómeno, pero ¿qué necesidad de llenar el mundo de pelotudos sufridores?
Estoy harto del elogio a la mierdez. Los tipos cambian el mundo en los bares, las mujeres son las causantes de las borracheras, salir a la calle es un peligro en cada esquina como si el porcentaje de morir fuera fifty and fifty, como dice la tele yanqui.
Uno sale como si uno estuviera en Vietnam (¿por qué siempre digo Vietnam y no Las Malvinas o Fuerte Apache?) pero un conjunto de nimiedades sucedidas unas a otras en el tiempo le hacen olvidar toda esa paranoia de cartulina y cuando vuelve a casa ni lo festeja. No ha vuelto el soldado que había ido a la guerra horas antes y al que una esposa casual le dijo solemne:
-Cuidate gordo, eh.
Giro la llave y ella está en la cocina. Cuelgo el saco en la silla, dejo el maletín en la habitación y ya no está preocupada.
-Al fin viniste –uno ilusamente piensa en ese sentimiento humano de extrañarse, pero...- ¿Qué te retrasó hoy, Marcos, a ver...? ¡¿Qué vas a inventar esta vez?!

16.5.05 

-Marcos... ¿sos judío?
Las minas siempre hacen la misma pregunta. Mesa de restaurant, frente a frente, vinito tinto, presentaciones hechas hace rato, pero no. Ellas se quedan con un nombre. Seis letritas y qué importa si soy un violador o un asesino serial de guante blanco.
Y después se me meten en la casa. Salgo con los muchachos, vuelvo de madrugada totalmente borracho, la llamo, medio llorando medio cagándome de risa y corto sin saber cuándo lo hice. Horas después suena el timbre de casa, abro la puerta, ni la miro y entra. Un ataque de madre o el paso clave para meterse donde no la llamaron. Me duermo mientras ella me hace rulito-rulito en el bocho. Todo era pesado. No quería discutir.
-Ya que no te levantabas aproveché para ordenarte un poco. Son la una.
Juntar la ropa sucia para ponerla quién sabe dónde estuvo bien, pero los libros ordenados por el color de los lomos...

10.5.05 

Sed

aggggggh, splash, splash, (desesperado) aggggggh, glu, glu, glu
(acción) glup, glup, glup, glup, aaaaaaahhhhhhhh (alivio)
cofff, cofff, cofff (con eco).

Alguien bebió el agua. Tengo que balancearme, voltearlo, salir del vaso y volver a empezar.

7.5.05 

Cómo morir

-Yo quiero morir durmiendo, sin darme cuenta.
-Nah, yo no. Cada vez que me voy a dormir pienso en la muerte, en cómo será, en cuándo me va a llegar... ¿y voy a perderme mi propia muerte? Nah.
-Dale que antes de dormirte también pensás en si todo lo que te está sucediendo es real...
-Sí, ya te dije. Pienso en la muerte. Es la misma idea si lo pensás un poquito.
-Y hacés juegos de palabras...
-Sí, eso también sin la necesidad de precisar dormirme.
-¿Sabías que muy pocas veces uno cuando se va a dormir se duerme de cansancio?
-¿Eh?
-Sí, las otras veces uno se recuesta e imita la postura en que logró conciliar el sueño la noche anterior, en la que también, claro, puede haber hecho el mismo procedimiento.
-Vos decís que uno se imita a sí mismo como si viniera una especie de hada de los sueños, lo toca y uno se duerme de repente.
-Algo así...
-¡Mierda!
-Seh, es loco...
-Yo quisiera morirme haciendo el amor, me parece.
-¿Si? Lindo souvenir dejás, hijo de puta.
-Bueno, pero un paro cardíaco es algo bastante heróico y además, cuando me recuerden mis amigos se van a cagar de risa.

2.5.05 

Familia de vacaciones

UNO. Debería sugerirle a los/as invitados/as: "¡Hey! ¿Podemos comer en un mismo plato?".
DOS. Alimentar a los perros con queso podría ser una solución para no levantar tantos soretes.
TRES. Tengo que seleccionar con más detalle a los invitados/as (sobre todo al segundo grupo). Nadie está dispuesto o capacitado para darme una mano con algo de todo lo que tengo que hacer. Sin embargo, me hacen sentir el hombre y el marido perfecto. ¡Gracias por nada!
CUATRO. Voy a desenchufar la heladera de noche porque cuando me pongo a leer, como no hay televisiones prendidas en toda la casa, el sonido de la heladera es tan insufrible... Al punto de incorporarlo y recién identificarlo cuando se detiene. Prrrrrrrrrrrrrrrrrrr...
CINCO. Probé que lo que Cortázar escribió en Rayuela de los discos en el bidet, el desorden y la bohemia, no es viable para mucho más que mi habitación. ¡En mi casa todo está ocupado por adornitos!
SEIS. Descubrí que los usos del aceite, que utilicé para freir aquellas papafritas, no debe ser mayor a cuatro. Los huevo fritos de ayer parecían cocinados en un carburador de auto.
SIETE. ¿Quién diablos mantiene sin marchitarse todas las plantas de esta casa? Ahora entiendo por qué mi abuela siempre aparenta estar ocupada y se duerme durante la cena.
OCHO. El diariero me vio la cara: ¿Tan difícil es? Sábados: Clarín con la Ñ. Domingos: Página/12 y Clarín. ¡Lo mismo que traías antes de que se vaya esta gente, hermano!
NUEVE. Un minuto de silencio. Mi pajarito murió. Para mi familia: los perros tiraron la jaula y quedó seco. Para ustedes: nunca encontré su alimento.
DIEZ. A pesar de todo, creo estar listo para vivir solo y que no me pase lo que le sucedió al pajarito.

¿quién soy?

  • un tipo que escribe lo que su miopí­a galopante le permite ver.
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