los otros
un día cualquiera, sin explicación alguna, los otros desaparecieron con su impúdica riqueza y la ciudad no fue mejor; sólo quedaba la pobreza, el consuelo estúpido de su dignidad y la sonrisa sádica de los linyeras.
un día cualquiera, sin explicación alguna, los otros desaparecieron con su impúdica riqueza y la ciudad no fue mejor; sólo quedaba la pobreza, el consuelo estúpido de su dignidad y la sonrisa sádica de los linyeras.
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