29.11.04 

Los otros espejos

El otro día me contó Truman Capote que Van Gogh, Renoir y los más importantes pintores de la historia, cuando se sentían perturbados, abrumados de tanta pintura e intentos de creatividad fallidos o no, bañaban sus visión en los espejos negros; que eran como una especie de lagos verticales llenos de reflejos de la noche profunda, donde los pintores encontraban una estupenda forma de volver a cero la paleta de colores de sus ojos.

Ante semejante información intenté comprar algo por el estilo en las casas de antiguos en San Telmo y no lo conseguí. Pero no buscaba semejante cosa porque yo ande estampando lienzos con dibujos mentales, sino porque uno siempre precisa una escapatoria. Una forma de apagarse y prenderse.

26.11.04 

Los muertos vivos

Ya lo saben. La repentina muerte de Adolfo Castelo me hizo pensar.

Se muere toda la gente que vale la pena y los miserables siguen vivos. Y no lo digo por ese lugar común de quejarse contra diosito que es injusto y ese ademán de vieja que reza hacia dentro, sino porque es la realidad; me sobran pruebas.

Dicen los religiosos que se van a una mejor vida, que esto, que lo otro, pero a mí que me importa si no puedo ver más una entrevista de Castelo, ni escuchar a Lennon, ni leer Cortázar ni a Borges... Es egoísta, pero me sale así.

Es más, hoy día, estar vivo habla muy mal de uno.

22.11.04 

Libro de quejas

Hay cosas para las que todavía no hay un correspondiente libro de quejas. Entonces, como necesito uno disponible casi constantemente, a cada paso. Acá está el mío, y además, lo comparto con ustedes.

A quejarse que es gratis.

18.11.04 

Ay

Un arpa de silencios sin notas, apenas profundas expectativas de sonido que no van a llegar a más.

La concentración de un fanático de generar nadas inconstantes para sorprender a tu espera ¡Desespera!

Y cuando al fin mi respiración tenga eco, siquiera aquel roce de aire contra las paredes o tu jadeo... Ay.

Ay de nosotros que no pensamos que somos menos que tus millones de moléculas y las mías chocándose.

Mi índice explorando lo áspero de tu pezón y tal vez un día el hombre llegue a la luna.

16.11.04 

La otra dimensión de la rutina

Yo era un tipo que buscaba siempre faltarle el respeto a la rutina, incluso al costo de sufrir en el intento. Desordenaba mi vida y la de los demás a gusto y piachere.

Pasados unos meses, me di cuenta que eso también era rutina. Llegué a querer que mi mamá volviera a darme alguna de esas órdenes estúpidas, que mis amigos pensaran al menos una vez que yo no iba a llegar tarde o que sí iba a ir a ese lugar, que mientras durmiera con mi dama estuviera segura de que yo no me levantaría a la madrugada a escribir un sueño en un papelito cualquiera para vencer al olvido de siempre...

Estaba dentro de la otra dimensión de la rutina. Esa en donde se desean placeres miserables.

13.11.04 

Pregunta-Respuesta

Me pregunto: ¿Podrá ser que un día hagamos un trueque de empleos, anotándonos en listas, yo trabajo de esto, quiero trabajar de lo otro, y, por ahí, hasta se logre que cada uno haga lo que quiere hacer y le paguen por ello?

Me respondo: Nah, ni a palos.

10.11.04 

Biografía mítica de Pedro Navaja

Cuando El Sueco presentó a Pedro Navaja en sociedad; mejor dicho, cuando le contó su historia a Roger W., al Escribidor, al Malabarista y a fantasmal Lestad, ninguno imaginó lo efímero que podría ser semejante relato a causa de que el tiempo no faltara a su costumbre de hacer bollitos de algunas vivencias.

Poco puede escribirse al respecto porque apenas si quedan ínfimos bosquejos, algo así como suspiros de la memoria, del perfil de puñal borgeano que El Sueco le impostó a aquel personaje sin demasiado esfuerzo; dejando fluir su rareza nada más.

Se sabe que Navaja murió algunos días después de su presentación, en una leve charla, elixir de por medio, entre dos fieles amigos: El Escribidor y Roger W. Es probable también (no puede asegurarse) que tal vez su corazón haya seguido latiendo. Pero sólo una verdad es invencible. Su verdadera realidad es la de todo mito: nacer y morir en cada esfuerzo de la memoria.

NdeR: Dedicado a un grupo de tipos raros pero queribles.

7.11.04 

Satisfashion (o El Viejo Truco)

Lara pide cosas prestadas. Lara dice que Lennon y McCartney le compusieron Hey Jude por los coros del final de la canción. Lara está enamorada de un chico. Lara lo seduce, coquetea. Lara no puede con su genio: le saca una remera que le pidió prestada para dormir, un libro, un sweater aunque le quede grande, una lapicera, un disco...

Lara pide cosas prestadas. Lara no es materialista. Lara busca excusas. Lara quiere recuerdos.

1.11.04 

El reloj de la Abuela

La Abuela no quiere que el remis llegue tarde. Desde hace unos diez años, se puso insistente en eso de pedir que el remis que la lleva al médico cada semana no la retrase en lo más mínimo.

Tiene más de 70 años, ama a sus nietos y encuentra fabuloso servirlos; incluso ahora, cuando son grandes y pueden hacerlo por sus propios medios. A falta de su empleo y con su jubilación miserable, servir a su familia, sin querer confesarlo, es su nuevo trabajo, su nueva forma de vida.

Es cierto, la Abuela no quiere que nadie le quite su tiempo. Sabe que le queda poco y en todo caso quiere perderlo por sí misma. Sin embargo, lo que nunca va a confesar es que tiene un miedo. No quiere que el remis la retrase, no quiere que tarden en atenderla en el almacén o la farmacia... La Abuela tiene miedo de morir fuera de casa.

¿quién soy?

  • un tipo que escribe lo que su miopí­a galopante le permite ver.
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