27.3.05 

Te quiero y la palabra con "a"

UNO. Una chica. Estuviste más de cuatro veces en la cama. Pretende una relación mayor a la que vos querés ofrecerle y en el intervalo entre el segundo y el tercero interpretás que te mira con rostro de "Decime algo lindo".
DOS. Metés la pata y tirás un "Te quiero" noble, aunque camuflado entre otras palabras menos delatores, pero ya no hay vuelta atrás. Nunca, pero nunca, nunca, le digas "Te quiero". Una mujer nunca pretende un "Te quiero". Para ellas eso se le dice a un perro, a la tele cuando nadie te ve, a tu vieja cuando te agarran esos ataques familieros... A cualquiera menos a la chica que pretende entablar algo serio con vos porque ya está quedando mal eso de andar teniendo relaciones tan seguido, que además le guste tanto y se esté quedando sin excusas creíbles.
TRES. En algunos casos, pretenden la palabra con "a", incluso a pesar de que sea totalmente mentira. También habría que evitarla de no ser absolutamente necesaria. Es decir, su utilidad es de vida o muerte (y sabemos a qué me refiero).
LEY. En la mayoría de estos casos en que las mujeres esperan frases románticas siempre es preferible apelar al silencio. Además de que estar callado simula cierto misterio y eso en cualquier cabeza femenina ayuda, definitivamente, hombres y mujeres no tenemos el mismo concepto de romanticismo. Y sobran las pruebas.

19.3.05 

Mercado libre.COM.ar

UNO. Una multinacional sube los precios.
DOS. El dólar no ha cambiado demasiado.
TRES. Un presidente se calienta y tira una frase real pero a lo barrabrava: "No le vamos a comprar ni una lata de aceite, no le vamos".
CUATRO. Unos critican, otros acatan.
CINCO. Yo estoy de acuerdo con que no nos metan el dedo en el culo aún más.
SEIS. El capitalismo triunfa en el mundo y la pobreza también triunfa.
SIETE. Un tipo en la tele dice que un presidente no puede decirle a una multinacional qué precios tiene que cobrar en un mercado libre.
OCHO. Yo pienso que un tipo de la tele no le puede decirle a un presidente lo que tiene que decirle a una multinacional y lo que no.
NUEVE. La multinacional no sale a decir nada, sólo sube los precios.
DIEZ. Esa multinacional es una de la que más millones facturó en los últimos años en nuestro país, que por cierto no fueron de lo más fructíferos en lo que a economía se refiere.
ONCE. El almacenero de la esquina quiere subir las aceitunas negras.
DOCE. A mí no me gustan las aceitunas, pero igual me parece mal que las suba.
TRECE. El almacenero de la esquina me habla del mercado libre.

15.3.05 

Premios

UNO. Un gobernador X tiene una idea: "Vamos a premiar a los chicos de mejor promedio con quinientos pesos. Eso va a motivar el estudio". Aplausos.
DOS. Un alumno W tiene como promedio 9,53 y se gana los 500 pesos.
TRES. Un maestro Z de una escuela estatal no quiere dar clases porque cobra miseria por mes. Una verdadera mierda de sueldo.
CUATRO. Un maestro X se le acerca al alumno W y le explica que sin su 10 él no tendría el premio.
CINCO. El alumno W agradece al maestro X.
SEIS. El alumno W vuelve con unos doscientos pesos y pico a su casa de la villa miseria.
SIETE. Su padre le pide el dinero, se da cuenta que es menos de lo acordado, le pega un cachetazo y se va.
OCHO. Un alumno W, que fuera de la escuela es un chico W, se pone a llorar, pero tiene claro que tendrá que seguir teniendo notas altas. Por él, por su mamá, por sus hermanos y hasta por su papá.
NUEVE. Un gobernador se siente brillante. Todavía escucha los aplausos.
DIEZ. Alguien pregunta si el dinero es un premio adecuado para que un chico estudie.
ONCE. Alguien se pregunta si el dinero es un premio adecuado.
DOCE. Alguien se pregunta si el dinero es un premio.

8.3.05 

Un retazo de historia

-Te voy a contar una historia de Marilyn.
-Bueno. Ahora que pienso, nunca me masturbé pensando en ella.
-No te pregunté eso.
-Bueno, contá, dale.
-Resulta que la mina no usaba ropa interior.
-¿Para eso leíste tanto? ¡Mierda! ¡Qué anécdota, eh!
-Pará. Resulta que no usaba ropa interior, y eso todo el mundo lo sabe. Pero la anécdota consiste en cuando ella viajaba en su limo. Su chofer...
-Ya sé, se la volteaba.
-No sé. La cuestión es que la mina viajaba con esos vestiditos que tenía, blancos para que se transparente, el tipo trajeado le abría la puerta, la invitaba con la mano a subir, ella lo hacía acompañando el vestido con sus brazos para no quedar desnuda desde tan temprano. Viajaban, charlaban y...
-...
-¿Qué te pasa ahora?
-Nada te estoy escuchando, boludo.
-Bueno, la cuestión es que la mina luego de contarle cosas todo el viaje al chofer, algunas veces de cosas subiditas de tono, bajaba y dejaba su rastro. El tipo con su pañuelo tenía que secar el flujo de Marilyn que había quedado en el cuero brilloso de la limo.
-...
-El tipo lo contó esto. El chofer.
-Macanudo. Flor de botón.
-No, pero pero el tipo lo decía como si eso fuera parte de la historia de Estados Unidos. "Con ojos de cristal", dice el biógrafo. Y lo mejor de todo es que el tipo no contó los amoríos o eventos sexuales que ella le contaba. En eso el tipo era una tumba. Contó un momento. El, como sirviente de la diva, tenía ese pañuelo como su máxima intimidad con Marilyn. Su retazo de historia.

3.3.05 

Roles

-¿Por qué?
-No sé.
-¿Para qué?
-No sé.
-¿Entonces?
-Qué se yo.
-¿Y ahora?
-... -creo haber subido los hombros como un nene de cinco años.
-Insisto...
-No, no insistas. Para eso estoy yo.

¿quién soy?

  • un tipo que escribe lo que su miopí­a galopante le permite ver.
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