31.3.06 

juntos hasta tarde
con magalí atravesamos juntos justo esa edad en la que pegarse un porrazo deja de ser tropezarse. descubríamos casi todo uno al lado del otro; primero como amigos y luego como compañeros de sexo; porque así decidimos llamarnos: compañeros de sexo. no queríamos compromiso a esa edad. ella lo tenía bien clarito entonces respondí valiente: yo tampoco.
tuvimos épocas geniales y también de las otras: ambos nos celábamos por nuestros demás despuntes sexuales, por nuestra amistad muchas veces fingida, porque el novio de ella me conocía y me odiaba y porque mi novia siempre quería asesinarla por esa manía que tenía maga de comentar lo incomentable.
engañamos a todas las parejas que fueron pasando por nuestra adolescencia y también cuando tuvimos los veintitantos contra los que peleamos haciéndonos llamar todavía adolescentes. no nos daba culpa engañarlos porque nosotros nos queríamos, nos éramos necesarios. maga decía que necesitaba que los hombres la entendieran el diez por ciento de lo que yo la entendía.
así era nuestra vida hasta que conoció a rodrigo y las cosas se dieron vuelta. él era héroe, yo sufría, le proponía sexo y ella me esquivaba, contaba que el flaco era muy divertido, que nunca había estado así, y yo le decía que qué bueno, que ella se merecía lo mejor.
ya se terminó el tiempo de la joda, me dijo maga una vez. es hora de que nos pongamos a hacer las cosas en serio. pero no se refería a nada que me incluyera más que como amigo.
precisé varios años para darme cuenta e insistir en hacer las comparaciones del caso, en rebobinar los recuerdos para ir armando mi vida sin maga, en intentar encontrarla en otras mujeres con las que yo estaba y con las que ya había estado, hasta que me di cuenta de que era ella. quería estar con ella, pero ya habían pasado demasiados años de aquel yo tampoco.
mucho tiempo después, serían unos diez años los que me pasaron por encima, hice un último intento telefónico: un marido y dos hijos me hicieron darme cuenta de que ya era demasiado tarde. ella me dijo entusiasmada y con una voz irreconocible: tenés que conocerlos, y me obligó a la resignación de acompañarla en su felicidad. eso era lo único que podía recuperar de ella y lo único que todavía conservo.

voyeur

30.3.06 

comunicación III
manuel y helena no se conocen, pero hablan por teléfono. ella tiene todos los teléfonos para contactarlo; el de la madre, el de su casa, su celular, todos. y él, además de todos los teléfonos, tiene en la memoria todos los novios que la hicieron sufrir.
nunca pensaron en conocerse porque saben que eso no es lo importante. que lo importante es llamarse cuando les parece bien. se llaman y se cuentan cosas que sólo ellos saben de ellos.
no tienen días fijos para los llamados. sólo lo hacen cuando lo necesitan; de madrugada, a cualquier hora, no importa. ellos se llaman. tal como sucedió hace un mes, la última vez que hablaron. manuel le dijo a helena: vos no deberías hablar estas cosas con extraños, y helena le cortó. pero eso no significa gran cosa, ya varias veces se habían ofendido entre sí. seguro que se llaman otro día para ver cómo siguen las cosas.

...
hoy, capítulo treinta de chico de country y además aconsejo seguir las recomendaciones que dí en el post anterior de este blog para poder seguir mejor la trama de la novela.
...
voyeur

29.3.06 

amistad
gracias por venir, le dijo marcos a valentina. acababa de entrar. eran las doce y estaba recién llegadita de la facu. afuera llovía, ella tenía los rulos húmedos y en algunos pelitos eléctricos todavía conservaba algunas gotitas sin explotar.
¿qué te pasó?, le preguntó ella mientras se secaba el pelo y daban los primeros sorbos al café. nada, no sé, te extrañaba. ¿seguro?, repreguntó valentina. nunca estuve tan seguro, dijo marcos. ella sonrió y abrazándolo le secreteó: acá me tenés, mar.
así pasaron la noche, abrazados en el sillón, recostados pero sin dormir, los dos con los ojos abiertos y las caricias de sus manos en sus espaldas.
no iban a decirse nada de aquella sensación de que los abrazos ya no fueran suficientes.

...
algunas recomendaciones: para los que hayan empezado a leer hace poquito chico de country, haciendo click acá van a poder enterarse el por qué del nombre de la novela y también recomiendo la lectura de estos dos capítulos: año nuevo, casa nueva y desahogo pictórico, para que puedan seguir la lectura sin demasiados problemas.
...
voyeur

28.3.06 

comunicación II
marcos estaba enamorado de sofía y él, claro, no se animaba a decirle nada.
en su intimidad, marcos escribía cartitas dedicándole frases amorosas. cartitas que no se animaba a darle. a ella no le va a importar, pensaba.
un día no se aguantó más andar reclamándose su cobardía y le dijo que la amaba. así nomás: creo que te amo, no sé. sofía primero hizo silencio, luego le contestó que él no le gustaba y se dio vuelta y se fue.
al otro día, marcos tomó la decisión, se envalentonó y le dio las cartas a sofía. al recibirlas ella puso un rostro de piedad ante aquel fan o súbdito.
sin embargo, en aquel momento, marcos estaba diferente. fue como si como si todo el peso de la presión que había sentido todo ese tiempo se trasladara en aquellos papeles escritos a mano. como si después de aquella noche de llorar desconsoladamente mordiendo la almohada, por fin sofía no le gustara más.

voyeur

27.3.06 

comunicación I
el escribidor y roger se conocen desde hace años. comparten mucho más que cervezas. comparten ideología, formas, sutilezas, palabras, un modo de ver las cosas. son amigos. charlan, se juntan, sólo un colectivo los une y desde hace tiempo se confiesan cosas con mucha confianza.
sin embargo, además de esa amistad, se envían correos electrónicos firmados con seudónimo, desde la casilla del seudónimo.
el ida y vuelta de e-mails comenzó como un ejercicio de escritura en que cada uno le dejaría picando una historia al otro y así seguir y seguir y terminó siendo una forma extraña de derrotero o confesionario entre amigos.
todavía siguen. esporádicamente, como siempre. pero ambos ni precisan aclaración que aquel espacio virtual entre ellos sigue vigente. que sin esos dos seudónimos con los que se confiesan lo inconfesable hay algo en su amistad que se debilita.

...
hoy, capítulo veintinueve de chico de country.
...
voyeur

23.3.06 

comienzo
tira la piedra al lago palermo y las ondas expansivas de aquel plop se dispersan unas a otras, inclusive los patos la estarán sintiendo mientras enjuagan su garganta con el agua del lago, suponiendo, claro que los patos tengan algo denominado garganta. las señoras de maridos adinerados, por consiguiente ausentes, pasan trotando con sus calzas fluo y sus lentes extravagantes, mucho calor, y ella sabe que no quiere nada de eso o se conforma con convencerse de que al menos le falta bastante para aquel grotesco.
hace unos meses estuvo saliendo con un estudiante español que había venido de gijón a buenos aires por uno de esos intercambios universitarios, trabajaba como ayudante de cardiología en el hospital fernández. el tipo con el guardapolvo blanco impactaba, como todo médico tenía su presencia y tal vez haya sido eso lo que haya llamado su atención en la sala de espera.
todo fue maravilloso hasta aquel día en que discutían como cualquier pareja. caminaban rápido por florida diciéndose de todo paso a paso y, en el apuro, un vendedor ambulante se llevó por delante al gallego, que no tardó en insultarlo: sudaca de mierda, comentó. cuando volvió la vista a ella estaba aún más enojada. vamos... que estoy perdido por ti, le dijo queriendo convencerla. pues piérdete, respondió ella ironizando el tono. giró y corrió lo más que pudo hasta tomarse el subte. él no la siguió. siempre había sido obediente.
ahora estaba ahí, arrojando piedritas al lago. apenas un poquito de viento le revolucionaba el flequillo que se cortó ella misma; siempre le quedaba mal, no le gustaba nunca, pero insistía en hacerlo por la misma razón que todavía le hacía creer en que de tanto buscar encontraría al hombre. estúpido recurso, dirán, pero arrojaba una, las onditas se dispersaban, luego otra, y así; con esa inconciente confianza interna de que eso pudiera cambiarlo todo; como cuando un aleteo de mariposa en australia produce un huracán en miami.


...
hoy, capítulo veintiocho de chico de country.
...
voyeur

22.3.06 

ay
un arpa de silencios sin notas, apenas profundas expectativas de sonido que no van a llegar a más. la concentración de un fanático de generar nadas inconstantes para sorprender a tu espera ¡desespera!
y cuando al fin mi respiración tenga eco, siquiera aquel roce de aire contra las paredes o tu jadeo... ay.
ay de nosotros que no pensamos que somos menos que tus millones de moléculas y las mías chocándose.
mi índice explorando lo áspero de tu pezón y tal vez un día el hombre llegue a la luna.

...
como todos los miércoles, este es otro de los textos viejos de voyeur que este mes que ya se termina está cumpliendo dos años de existencia. lo escribí el 18 de noviembre de 2004.
...
voyeur

21.3.06 

vivir de la escritura
quita el sueño. vivir de la escritura quita el sueño a cualquier escritor, periodista y también, por qué no, principiante escribidor.
el guionista tuvo una época en que pudo vivir de lo que más le gusta, la escritura. bailó con la más linda, le robó una sonrisa a la mina imposible del colectivo, sacó un bingo cerca de fin de mes, y demás metáforas absurdas.
sin embargo, sólo le alcanzó un año para verle las caries a aquella maravillosa dama; al final tenía callos, celulitis, mal aliento y etcéteras. vivir de la escritura no era lo que él creía como vivir de la escritura.
el guionista decía vivir del arte y al poco tiempo no sólo que cambió aquella última palabra sino que su empleador dejó de precisarlo. entonces, volvió a su posición anterior de mártir desempleado de la escritura, pero con el conocimiento de que vivir de la escritura ya no era aquel sueño, ya no era ni impresionante ni, por supuesto, inalcanzable.
ese fue el momento en que el guionista pensó que vivir de la escritura en realidad era otra cosa, nada de presiones extremas, ni correcciones reiterativas, ni construcciones robóticas, ni cables de agencia, ni textos neutros. nada de eso. su consuelo era que vivir de la escritura, de ahora en adelante, sólo sería sacarse la sed con sus propios textos, letra a letra, palabra a palabra, frase a frase y tal vez alguien lo remuneraría con una frase afectuosa o un abrazo.
...

*la foto es de la película el abrazo partido, del director argentino daniel burman, quien este jueves 23 de marzo estrena su nuevo film, derecho de familia.
voyeur

20.3.06 

preguntas y respuestas
a lucio miranda le gusta hablar mientras tiene sexo, le saca el hombre que tiene dentro, el otro.
le gusta la comunicación agitada, preguntar cosas vinculadas al acto, a lo que siente ella, a lo que quiere. lucio miranda quiere que le pidan. satisfacer, eso quiere.
le gusta oír que se le entrecorta la voz para responder, que de repente se le suba el volumen en su respuesta, que lo que comienza como una respuesta jadeante termine en grito afónico. eso es lo que le gusta a lucio miranda, y en la intimidad, nadie cree que eso sea tan grave o digno de un texto explicativo.

...
hoy, capítulo veintisiete de chico de country.
...
voyeur

17.3.06 

expectante
ya habían pasado los tiempos en que gastón se preguntaba si sólo para eso le daba el cerebro. una vez lo gritó en el medio de la oficina, dijo que todo eso era un fracaso y luego preguntó si nadie se daba cuenta. sus compañeros se rieron a carcajadas, dijeron que tonga era un tipo gracioso ¡qué fenómeno, tonga!. y lo peor de todo es que no era ningún chiste. él no es de hacer chistes.
ahora, gastón estaba en otra. la pancita de daniela ya se había transformado en dolores, entonces: pañales, mierda, leche, insomnio, pañales, mierda, leche, insomnio, pañales, mierda, leche. y para todo lo que conlleva una hija, dinero; y para el dinero, trabajo fijo, seguridad económica. dolores, sin quererlo, pobrecita, con toda su hermosura, se había transformado en el nudo entre él y su fracaso.
gastón pidió el aumento del caso y todavía no ha llegado. estamos con lo tuyo, eh, le dice un jefe de vez en cuando para que se quede tranquilo. mientras tanto, en el horario de almuerzo, navega por internet y ya mira precios de sommiers. autos, piletas, computadoras, camaras digitales para fotografiar a dolores, ve modelos de un producto y otro, y de vez en cuando dice: tengo que comprarme uno de estos...
sus compañeros lo miran como si el aumento ya hubiera llegado, como si dolores ya no precisara todo aquello. sólo gastón sabe que no es así. él está expectante. cuando le llegue la buena, como él dice, la cosa va a cambiar. al menos eso, va a cambiar.


voyeur

16.3.06 

ni enterados
rústica forma de decir hasta mañana. violento apretujón repentino, besuquándose sin esconderse por ausencia de gente en la oficina. horas extras las pelotas: hacer tiempo sin acordar nada entre sí para que no quedara nadie.
el rechinar del escritorio, bombacha tobillera, las manos de uñas rojas estrujando los documentos importantes devaluados, el sudor masculino que desciende por la frente porque mantenimiento ya ha apagado el aire acondicionado y el despido a la vuelta de la esquina. ellos ni enterados.
en vano la advertencia. en vano poner sirenas porque el jefe está subiendo la escalera, garrafal olvido de agenda en cajón cerrado a llave maestra. ni siquiera el grito de: ¿¡no se dan cuenta que están en la oficina!?. no. ¿qué oficina?, hubieran preguntado.
rechinó la puerta, ellos siguen en lo suyo y todo queda en manos del jefe y su morbo.

...
hoy, capítulo veintisiete de chico de country.

...
voyeur

15.3.06 

la suerte de los tréboles de cuatro hojas
data de épocas románticas, tiempos shakespereanos de romeos y julietas, cuando el despecho llevó a los enamorados a buscar en los pétalos de las margaritas respuestas definitivas a los vaivenes del amor. "me quiere mucho... poquito... nada", y así la desnudaban hasta la última que realmente diría si eran queridos abundante, miserable o insignificantemente.
años más tarde, el amor no dio el brazo a torcer. muy por el contrario, la desdicha se incrementó y las margaritas comenzaron a faltar; una de las causas era que, ante la respuesta del nada, los enamorados buscaban más margaritas hasta que una contradijera de una buena vez aquel presagio maldito.
incentivados por la extinción de margaritas y también porque las respuestas negativas abundaban, los que buscaban el mucho desesperados encontraron la única manera de conseguirlo: desojaban los tréboles de cuatro hojas y siempre obtenían el tan anhelado "mucho", que desde ese instante los volvía hombres con suerte. afortunados correspondidos.


*este es otro de los textos que fueron posteados en el primer año de voyeur, que durante este mes cumple dos años, y la foto es de uno de los geniiales tréboles de cuatro hojas que tengo en mi casa.
voyeur

14.3.06 

hacer trampa al desojar la margarita es una estupenda manera de querer forzar la realidad desde lo más mínimo hasta bajarse del colectivo cuando vas a trabajar porque te la cruzaste en el camino.
luego de bajarse, claro, uno fingirá haberla encontrado de casualidad, la misma casualidad en que uno olvida los no me quiere.


voyeur

13.3.06 

¿para quién escribo?
es una pregunta recurrente pero la verdad es que el escritor ya había olvidado hacérsela porque no encontraba respuesta.
sin embargo, una de las personas que conoce y que también escribe, que no son muchas, le hizo otra vez la pregunta. hacía mucho que no me lo preguntaba, le respondió y luego se quedó pensando mientras el otro renegaba: porque yo no admito que mis lectores sean idiotas, no quiero lectores así, dijo.
no sé, comenzó diciéndole el escritor, pero estoy seguro de que no podría decirte: yo escribo para mujeres separadas, con hijos y en vías de reconstruir su vida; o que escribo para los desconsolados; o para los hombres y mujeres tristes. y además, con el tiempo me di cuenta de que no está bien decir que uno escribe para uno mismo porque suena desconsiderado, ególatra, antipático...
el escritor no sabía bien qué responder, porque hay días en que no tiene nada claro. entonces, le dijo lo primero que le salió.
-no sé, creo que escribo para los que, sin conocerme, pueden sentirse identificados con las cosas que cuento.
días después, lo pensó mejor y concluyó que era por su instinto de liebre. el escritor no quiere apuntar a un grupo de lectores. siempre fue más cómodo. quiere que los lectores le apunten a él.
...
hoy, capítulo veinticinco de chico de country.

...
voyeur

10.3.06 

pedro enseña
le enseña castellano a los chinos. comenzó vendiéndoles para una empresa distribuidora de pilas y cuando encontró el otro negocio dejó todo.
primero había empezado contándole a sus amigos aquellas peripecias de los supermercados del once. asado en casa, vino tinto y barato (mejor dicho: barato y tinto) y comenzaba el relato de pedro.
interpretaba dos personajes. él y el chino, porque para él todos eran chinos.
-bueno, señor -comenzaba diciendo en su papel de pedro, el que peor le salía- aquí vengo a ofrecerle esta cantidad de pilas, son de buena marca y como tal el precio no es el más barato del mercado, pero tenga usted en cuenta que sus clientes buscan aquí también la calidad -y aquí se detenía para interpretar el rostro del chino: el tipo me miraba así, decía pedro y luego continuaba con el speech.
-¿qué cosa? -decía achinándose los ojos. eso era lo que le respondían todos los dueños de los supermercados y kioscos luego de que él terminara casi exhausto el speech de duracel.
luego el tiempo deparó que encontrara aquel negocio. primero hizo amistad con chon, a quien empezó diciéndole señor chon y terminó gritándole chinchón cada viernes, desde la puerta y con los brazos abiertos. él fue el primero que le abrió los ojos. le pidió que le enseñara algunas palabras para no quedar mal delante de los otros proveedores y ahí fue cuando pedro vio el negocio.
primero comenzó con los dos empleos. chinchón era su primer alumno, pero no era gratuito. el chino le dijo que quería pagarle y pedro no se negó. sin embargo, cuando llegó el día de pagar, porque pedro cobra a mes vencido, chinchón no le pagó nada. le vino con cuatro chinos más que se habían dado cuenta de la evolución del señor chon. incluso uno de los cuatro era una chinita de unos quince años. nunca recuerda el nombre y le dice siempre corazón. la chinita lo tiene comprado con su sonrisa y es la que más rápido aprende. por eso se ligó el premio al mejor alumno del año: en el 2005 fue premiada con un mate y una bombilla de campo.
hoy vive de enseñarle castellano a los chinos. y no tiene ningún título que avale tu tarea. sólo el empeño y haber comprado los objetos necesarios para instruir a sus alumnos. cuestión de levantar un vaso y que los chinos digan vaso y así con varios objetos más que fue incorporando. incluso para eso tuvo que recorrer varias tintorerías y diversos negocios de dueños orientales, a eso le agregó su experiencia en kioscos y supermercados y así completó la cátedra que hoy le da grandes dividendos. tantos que hoy alquila un aula con cocina y baño en pleno once. primer piso, departamento b.
ayer le cayó la policía porque no tiene ni medio papel de nada. primero tuvo miedo y se puso nervioso. ahí entendió qué es lo que sienten los chinos cuando alguno los aborda demasiado rápido y de prepotente. después no pasó nada. los policías en seguida se dieron cuenta de que no era ahí que tenían que inspeccionar. que debían meterse en sus asuntos. el papá de la chinita de 15 años había llegado justo para agradecerle el regalo y a pagarle la cuota del mes de febrero y, en cuanto vio a los policías, los ubicó en cinco palmaditas y unas nueve palabras inentendibles.
el tipo es capomafia, anda siempre de mocasines marrones oscuros brillosos y ropa negra de seda. pedro quiso agradecerle con un mes de clases gratis para su hija, pero el chino no quiso. le dijo vaya a saber uno qué cosa y luego se marchó.
ayer lo vi a pedro y camina con cierta omnipotencia. a cualquiera aquel aire le quedaría impostado, pero a él que le sienta como el brillo del sol en su nuevo reloj dorado.


...

hoy, capítulo veinticuatro de chico de country.

...


voyeur

9.3.06 

despertares
encuentro ocasional. ya estaba acostumbrado, pero él por la mañana precisa tomar agua. siempre despierta con sed. entonces, se levantó, porque después de todo estaba en su casa, y fue desnudo hasta la heladera.
en el camino, pateó el borde de la cama como le sucede desde hace quince años y otra vez ese dolor en el dedo meñique maltratado. esta vez, quejido silencioso. no quiso despertarla, patearle la cama fue suficiente.
abrió la heladera mirándola de perfil en el monoambiente económico que había conseguido y estaba despierta. lo miraba con el rostro del desconocimiento y él conocía esa sensación. ya le había sucedido de amanecer en casa ajena y arrepentido. ella lo miraba y él interpretó que también había un poco de horror o arrepentimiento en su rostro.
se miró sin mirarse y se dio cuenta de lo que podría producir aquel desalineamiento con el que él solía despertarse, la panza ya crecida de los treinta y pico, los demasiados pelos en el culo que nunca le gustaron, su marca de la almohada en la cabeza como si fuera un coreano de supermercado, las ojeras... bueh, aquel estado repetitivo en que despertaba cada día e injería agua sin reparos estéticos.
todo eso en segundos, mientras ingería e ingería agua y bañaba su interior, y ella lo miraba cada vez más arrepentida; aunque no lo demostraba, porque era una estatua, él lo sabía.
entonces, cuando iba a ofrecerle un poco de agua, porque tal vez ella también podría tener un poco de sed, no pudo evitarlo y tuvo que justificarse.
-perdoná la facha, pero es que tuve un sueño terrible.

a ella le pareció muy gracioso, se rió, luego le pidió un poco de agua y tomó también del pico. todavía salen.
voyeur

8.3.06 

dos
abrazándose por dentro, cuadro por cuadro, como si estuvieran reconociendo cada una de sus células. presentándolas entre sí.
galope lento, de exploradores fascinados, buscaban qué había detrás de sus ojos, fijos, punzantes. provocaciones entre signos de pregunta.
él, estrujándole su pelo torrencial. ella, marcando a uña firme los accidentes del mapa de su espalda. juntos, como dos manos con los dedos entrelazados. juntos y mezclados, por qué no.
dos manos atadas en las muñecas. inseparables. prisioneros. pulseada de vencidos.

*este del 19.8.2004 es otro de los textos que escribí durante el primero de los dos años que voyeur cumple este mes.

...

hoy, capítulo veintitrés de chico de country.

...

voyeur

7.3.06 

escribir como se habla...
ese fue uno de los consejos que dio roberto arlt a los escritores amateurs o escribidores. escriba como se habla y hágalo todos los días, imagino que habrá dicho y también luego habrá comentado algo del ya conocido cross a la mandíbula.
en contraposición, recuerdo un fragmento de respiración artificial, el libro de ricardo piglia, en que el protagonista cuenta que había escrito una novela en la que, literalmente, se había ido al carajo, en referencia a lo ambicioso de aquel texto y a lo ajeno que lo sentía luego de terminado.
otro síntoma contrario del escribir como se habla fluye desde la relectura de jorge luis borges. los lectores-fans incorporan el lenguaje de este escritor como propio y terminan por redactar líneas o versos de evidente marca borgeana como si esa fuera su verdadera voz; como si ellos hubieran leído los mismos textos, hecho las mismas traducciones, tenido la misma formación que borges.
arlt apuntaba a la identidad. al tono del autor. y no creo que se refiriera a esa otra tendencia absurda de escribir de vez en cuando concha, una concha lamborghiniana, como si fuera el acto más revolucionario de la literatura. se refería, creo, a que cada uno haga el intento de lograr aquello que se busca por mucho años e incluso vidas: escribir con un lenguaje propio.

voyeur

6.3.06 

no es como los demás guionistas. el guionista no tiene imaginación. sus textos son imágenes recortadas de la realidad, personas que ha conocido, narices que le han llamado la atención, actitudes impresentables, gentilezas evidentes, recortes y más recortes de lo que puede ver y escuchar. ese es su trabajo: ver y escuchar mejor que los demás. vivir de los entrelíneas de la vida.
hay días en que el guionista tropieza con su textos. camina por la calle y algo que le sucede merece ser escrito irremediablemente. como aquella vez en que en la plaza lo encaró un borracho que le decía que componía letras de canciones, que él tenía un don para eso y que en una época ganó dinero con aquella cualidad, no inventa ni busca en ese caso sus historias, sino que sus historias lo buscan a él. vive para escribir.
también hay otra forma en que llega a un nuevo trabajo, una forma en que las cuotas de realidad y fantasía son equilibradas. supongamos, cuando se pelea con su novia y en medio de la pelea se le ocurre una respuesta perspicaz, pero hiriente. en ese momento, el guionista no dice nada y cuando vuelve a casa está triste, pero con la seguridad de que tiene algo que escribir porque su héroe interno se lo aclama.
y hay días en que al guionista no se le ocurre nada. en que su entorno no tiene historias, en que no hay recortes de nada interesante en su cabeza, en que ni siquiera leer esos manuales estúpidos que se compra a tres pesos para alimentar sus ocurrencias le regalan media imagen para escribir algo.
esos días el guionista se para y grita:
-¡¿a nadie le pasó un carajo esta semana?!
...
hoy, capítulo veintidós de chico de country.

...
voyeur

3.3.06 

estaba en su sueño. conviene el adelanto porque tampoco es cuestión de andar creyéndose una cosa por real cuando finalmente luzuriaga estaba soñando. no. no es justo. no lo es ni siquiera a pesar de no tener un final concreto.
luzuriaga soñaba que estaba en el paraíso. que un tipo de barbas colgantes y vestimenta de hare krishna lo recibía con un abrazo de esos que no aprietan con fuerza. lo recibía y lo miraba fijo a los ojos como invitándolo vaya uno a saber a qué.
luego de la caminata con el pseudo hare krishna, llegado el momento de la despedida, el dios de su sueño le hizo un obsequio. escondió la mano derecha en su espalda sin sacarle la vista de los ojos a luzuriaga y de repente sacó uno de esos cuadritos que contienen arena y un líquido rojo; esos que uno da vuelta y poco a poco se va construyendo un paisaje nuevo. se lo dio a luzuriaga y él lo tomó entre sus manos con cuidado.
al despertar de repente, luzuriaga no estaba sobresaltado. estaba tranquilo por completo. sedado entre la mañana porteña y húmeda que dio comienzo a aquel día. se levantó y comenzó a cambiarse.
luego de encontrar su billetera entre la ropa tirada, que había usado la noche anterior, salía de su habitación todavía sin despabilarse, con los ojos chinos y lagañosos. se detuvo en el camino. sus ojos parecieron petrificados y una tensión en sus piernas le impidió moverse por unos segundos. luego se acercó con cautela a su aparador y lo tenía frente a sus ojos: el adorno paisajista que le había dado el dios hare krishna de su sueño.
lo miraba y no podía creerlo. comenzó a pensar que aquello sería una pista de buenaventuranza, un pronóstico de que en su futuro, después de aquel sueño y aquella mañana, cambiaría radicalmente para mejor, que algunos de sus sueños, al menos algunos, se cumplirían de una vez. pero eso fue cuestión de segundos, apenas la imaginación de un adolescente todavía adormecido por una noche atareada. inmediatamente después, recordó que uno incorpora cosas de la realidad a los sueños, que ésa es la forma en que se arma el rompecabezas de la imaginación inconsciente, que aquel adorno se lo había traído la tía pocha cuando volvió de sus vacaciones en mar de las pampas.

...

hoy, capítulo veintiuno de chico de country.

...

voyeur

2.3.06 

información
la iglesia no tardó nada, ni siquiera segundos, en adjudicar aquella barbaridad al poder de dios y los devotos decían que estaba escrito en el destino; otros culparon a los extraterrestres; alguien quiso aumentar el currículum de nostradamus; la ciencia se lo adjudicó al comienzo de un desastre natural por la contaminación ambiental; la nasa develó en su boletín oficial que no iba a develar ningún tipo de información confidencial y en la posdata agregaron que sí habían llegado a la luna; el mundo musulman se lo adjudicó a la voluntad de alá y festejó; la clase alta consumió por las dudas; la clase media se preocupó por sus escasos ahorros en el banco; y los pobres... los pobres nada. ellos buscaban comida y los diarios de la basura todavía no contaban nada al respecto.
voyeur

1.3.06 

diferencias...
ella y él dialogan en una plaza a punto de separarse. ella está a punto de llorar. el parece muy fuerte ante la situación.
-¡¡¡estoy harta de que me compares con las demás!!! -dijo ella cuando estalló en llanto.
-yo estoy harto de que no te diferencies -replicó manso, mientras la miraba sin inmutarse.
*este texto fue escrito el 26 de abril de 2004 y es otro de los primeros posts de voyeur que este marzo que acaba de comenzar cumple dos años.
...
hoy, capítulo veinte de chico de country.
...
voyeur

¿quién soy?

  • un tipo que escribe lo que su miopí­a galopante le permite ver.
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.