comunicación II
marcos estaba enamorado de sofía y él, claro, no se animaba a decirle nada.
en su intimidad, marcos escribía cartitas dedicándole frases amorosas. cartitas que no se animaba a darle. a ella no le va a importar, pensaba.
un día no se aguantó más andar reclamándose su cobardía y le dijo que la amaba. así nomás: creo que te amo, no sé. sofía primero hizo silencio, luego le contestó que él no le gustaba y se dio vuelta y se fue.
al otro día, marcos tomó la decisión, se envalentonó y le dio las cartas a sofía. al recibirlas ella puso un rostro de piedad ante aquel fan o súbdito.
sin embargo, en aquel momento, marcos estaba diferente. fue como si como si todo el peso de la presión que había sentido todo ese tiempo se trasladara en aquellos papeles escritos a mano. como si después de aquella noche de llorar desconsoladamente mordiendo la almohada, por fin sofía no le gustara más.
marcos estaba enamorado de sofía y él, claro, no se animaba a decirle nada.
en su intimidad, marcos escribía cartitas dedicándole frases amorosas. cartitas que no se animaba a darle. a ella no le va a importar, pensaba.
un día no se aguantó más andar reclamándose su cobardía y le dijo que la amaba. así nomás: creo que te amo, no sé. sofía primero hizo silencio, luego le contestó que él no le gustaba y se dio vuelta y se fue.
al otro día, marcos tomó la decisión, se envalentonó y le dio las cartas a sofía. al recibirlas ella puso un rostro de piedad ante aquel fan o súbdito.
sin embargo, en aquel momento, marcos estaba diferente. fue como si como si todo el peso de la presión que había sentido todo ese tiempo se trasladara en aquellos papeles escritos a mano. como si después de aquella noche de llorar desconsoladamente mordiendo la almohada, por fin sofía no le gustara más.
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