La otra dimensión de la rutina
Yo era un tipo que buscaba siempre faltarle el respeto a la rutina, incluso al costo de sufrir en el intento. Desordenaba mi vida y la de los demás a gusto y piachere.
Pasados unos meses, me di cuenta que eso también era rutina. Llegué a querer que mi mamá volviera a darme alguna de esas órdenes estúpidas, que mis amigos pensaran al menos una vez que yo no iba a llegar tarde o que sí iba a ir a ese lugar, que mientras durmiera con mi dama estuviera segura de que yo no me levantaría a la madrugada a escribir un sueño en un papelito cualquiera para vencer al olvido de siempre...
Estaba dentro de la otra dimensión de la rutina. Esa en donde se desean placeres miserables.
Pasados unos meses, me di cuenta que eso también era rutina. Llegué a querer que mi mamá volviera a darme alguna de esas órdenes estúpidas, que mis amigos pensaran al menos una vez que yo no iba a llegar tarde o que sí iba a ir a ese lugar, que mientras durmiera con mi dama estuviera segura de que yo no me levantaría a la madrugada a escribir un sueño en un papelito cualquiera para vencer al olvido de siempre...
Estaba dentro de la otra dimensión de la rutina. Esa en donde se desean placeres miserables.