desencuentro (I). no había quedado claro si ella lo visitaría. si puedo paso, le dijo, así, como al pasar, como si nada.
él había quedado inquieto, como si algo le picara pero no supiera dónde rascarse. caminando para aquí y para allá por el living resbaloso de parquet encerado por mujer rentada no prostituta.
alrededor de las diez y media sonó el portero y no quiso atenderlo rápido, no se quiso delatar, prefirió dejarle hacer al tiempo. la experiencia no es en vano, pensó.
uno, dos, tres... quince segundos. nunca había soportado tanto. tenía un aire de galán que nadie pudo disfrutar, que sólo su orgullo pudo descubrir en la caminata hacia la cocina, donde estaba el portero.
-¿quién es? -pronunció con voz elegante.
nada. nadie respondía. tal vez un desperfecto del aparato.
-¿quién es? -repitió y ya no pudo impostar una voz caballeresca.
otra vez silencio.
tal vez hubiera sido un gracioso. uno de esos adolescentes que tocan y salen corriendo; en algún momento debería pagar por sus rinrajes. luego quiso llamarla. preguntarle si había sido ella y etcéteras que improvisaría para el lado del sin querer, del sorprendido por la situación, del que pregunta por preguntar y no por interés.
esa noche no pudo dormir.
él había quedado inquieto, como si algo le picara pero no supiera dónde rascarse. caminando para aquí y para allá por el living resbaloso de parquet encerado por mujer rentada no prostituta.
alrededor de las diez y media sonó el portero y no quiso atenderlo rápido, no se quiso delatar, prefirió dejarle hacer al tiempo. la experiencia no es en vano, pensó.
uno, dos, tres... quince segundos. nunca había soportado tanto. tenía un aire de galán que nadie pudo disfrutar, que sólo su orgullo pudo descubrir en la caminata hacia la cocina, donde estaba el portero.
-¿quién es? -pronunció con voz elegante.
nada. nadie respondía. tal vez un desperfecto del aparato.
-¿quién es? -repitió y ya no pudo impostar una voz caballeresca.
otra vez silencio.
tal vez hubiera sido un gracioso. uno de esos adolescentes que tocan y salen corriendo; en algún momento debería pagar por sus rinrajes. luego quiso llamarla. preguntarle si había sido ella y etcéteras que improvisaría para el lado del sin querer, del sorprendido por la situación, del que pregunta por preguntar y no por interés.
esa noche no pudo dormir.
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hoy, capítulo catorce de chico de country. ...
voyeur