humor negro
antes que nada, reconozco que tengo humor extraño y no todas las películas cómicas me hacen reír, pero las del director español alex de la iglesia -entre las que destaco: el crimen ferpecto, la comunidad, 800 balas y muertos de risa- tienen la dosis justa de gags, drama y suspenso que una buena comedia negra debe tener. por eso, es uno de los directores por los que voy un jueves de estrenos al cine sin perder el entusiasmo por la cantidad de gente con la que tengo que compartir la película.
alex de la iglesia (no concibo la posibilidad de escribir su apellido solo porque suena mal) es fanático de los los freaks, de king kong, de las sátiras a clásicos del cine, de los perdedores, de hitchcock y, por sobre todas las cosas, de lo bizarro.
a continuación, un pequeño fragmento imperdible de su última película, el crimen ferpecto.
antes que nada, reconozco que tengo humor extraño y no todas las películas cómicas me hacen reír, pero las del director español alex de la iglesia -entre las que destaco: el crimen ferpecto, la comunidad, 800 balas y muertos de risa- tienen la dosis justa de gags, drama y suspenso que una buena comedia negra debe tener. por eso, es uno de los directores por los que voy un jueves de estrenos al cine sin perder el entusiasmo por la cantidad de gente con la que tengo que compartir la película.
alex de la iglesia (no concibo la posibilidad de escribir su apellido solo porque suena mal) es fanático de los los freaks, de king kong, de las sátiras a clásicos del cine, de los perdedores, de hitchcock y, por sobre todas las cosas, de lo bizarro.
a continuación, un pequeño fragmento imperdible de su última película, el crimen ferpecto.
otra buena manera de conocerlo es leer su autoentrevista demencial en la que antes de hacerse preguntas escribe esta introducción:
Es terrorífico: ya nadie es necesario.
Sólo sobrevive el que se adapta al medio. O al miedo. No importa, me basto yo sólo. Intentaré dividirme y proyectar una imagen mía al otro lado de la mesa, aunque sólo sea por hacerme una idea. Es fácil, mi aspecto se distingue perfectamente del fondo. Soy yo, delante de mí.
Veo un individuo exageradamente gordo, con barba, quizá para disimular su rostro aniñado, con rosados mofletes. Sin embargo, ya no parece joven. Está canoso, y las entradas ya no son entradas, son cauces por los que resbalan ríos de sudor salado. Las manitas regordetas que cuelgan alegres de sus brazos dan un poco de grima: como dijo una vez Wyoming, parecen un "manojo de pollas". La barriga, que se extiende inmensa como un planeta desierto bajo sus pantalones de chándal, ocupa generosamente el centro del cuerpo y parece su auténtico cerebro. Los pies congestionados sobreviven a cientos de grados centígrados en el interior de unas zapatillas viejas de deporte. No se atreven a salir más que de noche, angustiados por el peso que abruma sus conciencias.
Evidentemente Alex de la Iglesia no parece una persona obsesionada por mejorar su aspecto, y mucho menos su higiene. Los lamparones brillan en su camisa como trofeos. El olor que desprende cuando te acercas a él se asemeja al del Dodotis de un niño: una extraña mezcla de colonia con algo oscuro bajo la superficie. Él parece intuirlo, y se aparta delicadamente.
-¿Por qué has engordado tanto?
actualmente, relata en su blog el rodaje de su próximo estreno, the oxford murders, una película que, entre otros, cuenta con la actuación de elijah wood (frodo, del señor de los anillos) y que además está basada en la novela crímenes imperceptibles del escritor argentino guillermo martínez.
Es terrorífico: ya nadie es necesario.
Sólo sobrevive el que se adapta al medio. O al miedo. No importa, me basto yo sólo. Intentaré dividirme y proyectar una imagen mía al otro lado de la mesa, aunque sólo sea por hacerme una idea. Es fácil, mi aspecto se distingue perfectamente del fondo. Soy yo, delante de mí.
Veo un individuo exageradamente gordo, con barba, quizá para disimular su rostro aniñado, con rosados mofletes. Sin embargo, ya no parece joven. Está canoso, y las entradas ya no son entradas, son cauces por los que resbalan ríos de sudor salado. Las manitas regordetas que cuelgan alegres de sus brazos dan un poco de grima: como dijo una vez Wyoming, parecen un "manojo de pollas". La barriga, que se extiende inmensa como un planeta desierto bajo sus pantalones de chándal, ocupa generosamente el centro del cuerpo y parece su auténtico cerebro. Los pies congestionados sobreviven a cientos de grados centígrados en el interior de unas zapatillas viejas de deporte. No se atreven a salir más que de noche, angustiados por el peso que abruma sus conciencias.
Evidentemente Alex de la Iglesia no parece una persona obsesionada por mejorar su aspecto, y mucho menos su higiene. Los lamparones brillan en su camisa como trofeos. El olor que desprende cuando te acercas a él se asemeja al del Dodotis de un niño: una extraña mezcla de colonia con algo oscuro bajo la superficie. Él parece intuirlo, y se aparta delicadamente.
-¿Por qué has engordado tanto?
actualmente, relata en su blog el rodaje de su próximo estreno, the oxford murders, una película que, entre otros, cuenta con la actuación de elijah wood (frodo, del señor de los anillos) y que además está basada en la novela crímenes imperceptibles del escritor argentino guillermo martínez.
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Etiquetas: cine, de la iglesia, guillermo martínez