La lluvia invita
Lluvia, que nos hace voraces. Buscadores insomnes de no sé bien qué. Como transitar en círculos, perdidos.
Y con las manos vacías alimentamos de nada. Que no es poco. O así parece, porque insistimos hasta morir en el intento.
Morir como de un balazo, que no nos permita recordar jamás el momento exacto en que caímos en combate.
Buscando un enemigo en qué descargar, aquel alimento que nos empacha. Un hueco donde vomitar lo propio.
Entonces, una nueva lluvia hará lo suyo. Lavará los restos y nos tocará el hombro invitándonos otra vez.
Y con las manos vacías alimentamos de nada. Que no es poco. O así parece, porque insistimos hasta morir en el intento.
Morir como de un balazo, que no nos permita recordar jamás el momento exacto en que caímos en combate.
Buscando un enemigo en qué descargar, aquel alimento que nos empacha. Un hueco donde vomitar lo propio.
Entonces, una nueva lluvia hará lo suyo. Lavará los restos y nos tocará el hombro invitándonos otra vez.