De los espacios en el subte
Casi todo el mundo encuentra su sitio en el subte: unos, descubren otra pobreza de repente, o buscan gente conocida con la que charlar o a la que simplemente mirar para despotricar luego, o les cae la ficha de una historia que escribir, o escuchan a los músicos nómades que casi siempre tocan Piazzolla; otros, también apremiados por el tiempo, se sientan y dejan caer de sus rodillas la esperanza que apoyan en ellas los que todavía resisten.