capote. ahora que está tan en boga que truman capote era un genio de la escritura y que sus notas eran igual de geniales. me hago algunas preguntas al respecto de qué es lo que pasa por la cabeza de los que dirigen los diarios argentinos.
¿cómo es que no generamos más capotes? ¿por qué en ningún diario hay periodistas que puedan perseguir durante un buen lapso de tiempo una sola nota, una nota genial, que ese sea su trabajo en el diario? ¿por qué tantos cubren, cubren y cubren los mismos eventos todos en vivo desde el mismo lugar al mismo tiempo y diciendo lo mismo? ¿por qué todos levantan las mismas notas de las agencias y la tevé? ¿por qué para encontrar algo diferente en un diario hay que trabajar tanto como lector?
todos hablan bien de capote, hacen apología de capote, dicen que el tipo producía cosas que los demás no, que le gustaba tal o cual autor, que sus amigos terminaron odiándolo, que no utilizaba grabador, que tenía una memoria prodigiosa (y agrego: también tenía unos editores que respaldaban lo que él escribía). todo eso está genial. me parece bárbaro. hasta diría que estoy de acuerdo, incluso. ahora: ¿por qué no hacemos muchos capotes? ¿por qué no arriesgamos un poquito y vamos para el otro lado cuando el malón va a cubrir el robo del banco? ah, ya sé la respuesta. para, cada aniversario, poder seguir poniendo el viejo y querido titular: capote, no habrá otro igual.
¿cómo es que no generamos más capotes? ¿por qué en ningún diario hay periodistas que puedan perseguir durante un buen lapso de tiempo una sola nota, una nota genial, que ese sea su trabajo en el diario? ¿por qué tantos cubren, cubren y cubren los mismos eventos todos en vivo desde el mismo lugar al mismo tiempo y diciendo lo mismo? ¿por qué todos levantan las mismas notas de las agencias y la tevé? ¿por qué para encontrar algo diferente en un diario hay que trabajar tanto como lector?
todos hablan bien de capote, hacen apología de capote, dicen que el tipo producía cosas que los demás no, que le gustaba tal o cual autor, que sus amigos terminaron odiándolo, que no utilizaba grabador, que tenía una memoria prodigiosa (y agrego: también tenía unos editores que respaldaban lo que él escribía). todo eso está genial. me parece bárbaro. hasta diría que estoy de acuerdo, incluso. ahora: ¿por qué no hacemos muchos capotes? ¿por qué no arriesgamos un poquito y vamos para el otro lado cuando el malón va a cubrir el robo del banco? ah, ya sé la respuesta. para, cada aniversario, poder seguir poniendo el viejo y querido titular: capote, no habrá otro igual.
voyeur