Después de lograr la conquista, la llevé a mi departamento con mentiritas piadosas y chistes varios. Otro encuentro ocasional.
Llegamos a la planta baja, saludé al portero con rostro de "Mirá la minita que traje hoy", el encargado -como le gusta que le digan- fue recíproco con ojos de "Ta buena, eh" y dijo "Buenas tardes"; ambos respondimos. Abrí la puerta del ascensor, subimos, cuarto piso, metí la llave, abrí y ella entró primero. Todo un caballero.
-¡Uh, Marcos! ¡Te robaron! ¡Mirá el desastre que te hicieron!
-Ehmmmnh... No, para nada. Es que me olvidé de ordenar.
Llegamos a la planta baja, saludé al portero con rostro de "Mirá la minita que traje hoy", el encargado -como le gusta que le digan- fue recíproco con ojos de "Ta buena, eh" y dijo "Buenas tardes"; ambos respondimos. Abrí la puerta del ascensor, subimos, cuarto piso, metí la llave, abrí y ella entró primero. Todo un caballero.
-¡Uh, Marcos! ¡Te robaron! ¡Mirá el desastre que te hicieron!
-Ehmmmnh... No, para nada. Es que me olvidé de ordenar.