-mauge ¿te casarías conmigo? -le pregunté mientras miraba hacia los costados porque tenía que meter la trompa de mi auto en la avenida y a las seis de la tarde de un día de semana siempre hay mucho tránsito. casi ni la miré. un descarado.
-¡ni en pedo, marcos! ¡ni en pedo! -dijo ella algo fastidiosa, arreglándose el rímel de los ojos concentrada en uno de esos espejitos pocket.
-mau, eso es lo que más me gusta de vos... -le respondí sonriéndome y por fin encontré un hueco para lograr meter la trompa del auto.
ya se nos hacía tarde. tenía que llevarla a la esquina de siempre donde se toma el taxi. a mí me esperaban en casa.
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