historietas. me dio ganas de contar lo importante que fueron para mi las historietas.
me las presentó mi abuelo antonio, ya saben quién es, se los presenté hace unos días. un día que yo lo tenía harto con seguir jugando al truco, me dio una revista de historietas para que dejara de molestarlo; él no era de prestarlas así como así. era la revista el tony y eran todos malos. me encantaba que fueran todos los personajes tan malos.
mientras en el colegio alicia, la profesora de lengua y literatura, nos acribillaba con análisis sintáctico, el mio cid, el dante, locos de verano y cosas así que no me interesaban en lo más mínimo, yo llegaba a casa y me leía todo el tony de punta a punta. hasta que una tarde, mi abuelo me vio en el living de casa leyendo su revista y me llamó: vení, negrito, me dijo con su voz de abuelo. y cuando entré a la habitación me hizo entrega solemne de una revista del corto maltés. y escribo solemne porque me miró de la misma forma en que me miraba cuando quería que tenga cuidado, que no sea pelotudo.
aquellas dos revistas, fueron el puntapié inicial de mi gusto por la lectura hasta la madrugada. ese gusto que hoy me hace dormirme todos los días a las tres, ese gusto que hoy desencadena en gombrowicz, la relectura de las obras completas de borges, saer cuentos completos y alguno que otro más que consulto casi siempre.
no hace mucho tuve que volver a mi colegio. siempre lo hago porque me gusta mucho volver. las profesoras y los profesores me quieren y la rectora también. siempre les caí simpático, no sé. entonces, me encontré con alicia y ella me saludó toda sonriente. le respondí a su pregunta de qué estaba haciendo y delante de todos me dijo orgullosa: yo siempre te vi pasta para la escritura, marcos.
me las presentó mi abuelo antonio, ya saben quién es, se los presenté hace unos días. un día que yo lo tenía harto con seguir jugando al truco, me dio una revista de historietas para que dejara de molestarlo; él no era de prestarlas así como así. era la revista el tony y eran todos malos. me encantaba que fueran todos los personajes tan malos.
mientras en el colegio alicia, la profesora de lengua y literatura, nos acribillaba con análisis sintáctico, el mio cid, el dante, locos de verano y cosas así que no me interesaban en lo más mínimo, yo llegaba a casa y me leía todo el tony de punta a punta. hasta que una tarde, mi abuelo me vio en el living de casa leyendo su revista y me llamó: vení, negrito, me dijo con su voz de abuelo. y cuando entré a la habitación me hizo entrega solemne de una revista del corto maltés. y escribo solemne porque me miró de la misma forma en que me miraba cuando quería que tenga cuidado, que no sea pelotudo.
aquellas dos revistas, fueron el puntapié inicial de mi gusto por la lectura hasta la madrugada. ese gusto que hoy me hace dormirme todos los días a las tres, ese gusto que hoy desencadena en gombrowicz, la relectura de las obras completas de borges, saer cuentos completos y alguno que otro más que consulto casi siempre.
no hace mucho tuve que volver a mi colegio. siempre lo hago porque me gusta mucho volver. las profesoras y los profesores me quieren y la rectora también. siempre les caí simpático, no sé. entonces, me encontré con alicia y ella me saludó toda sonriente. le respondí a su pregunta de qué estaba haciendo y delante de todos me dijo orgullosa: yo siempre te vi pasta para la escritura, marcos.
*en la primera foto, corto maltés. en la segunda, una portada del tony.
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desde este lunes, y durante estos últimos quince días de enero, posteo sólo lunes y jueves porque estoy de vacaciones en la costa atlántica argentina. es decir, chico de country sigue con la actualización de siempre.
voyeur